Joan Vílchez Cambronero (Psicólogo-Sexólogo-Psicoterapeuta)
Comunicación presentada en el XV Congreso de la Sociedad Española de Psicoterapia y Técnicas de Grupo (SEPTG). Valencia, 13 Junio 1987.
1- LAS MOTIVACIONES: ¿Por qué crear Grupos de Hombres?
En los últimos años algo está cambiando en las actitudes y comportamientos de algunos varones. En ocasiones, más como consecuencia de los planteamientos feministas y antipatriarcales que como fruto de una reflexión entre los mismos.
Si bien algunos hombres se muestran solidarios con las mujeres en la búsqueda de unas relaciones más igualitarias entre los sexos y se cuestionan la masculinidad a nivel ideológico y en su vida cotidiana individual, no tengo conocimiento de que hayan prosperado los intentos, a nivel grupal, de preguntarnos cómo nos vivimos los varones.
De ahí surgió la idea de crear un Grupo de Hombres en Valencia, hace 2 años. De otra parte, la propia sensación de incomunicación entre las personas de mi sexo. Y por último, la hipótesis de que difícilmente cambiarán las relaciones entre los sexos si no hacemos una revisión crítica los varones, también, de nuestros roles y actitudes.
2 – LOS OBJETIVOS
Me propuse la creación de un espacio donde fuera posible otro tipo de comunicación entre hombres, distinta a la que conocía hasta entonces. Intentar una mayor sinceridad, con uno mismo y con los demás. No quedarnos en la superficie de los tópicos y estereotipos sociales que, en mi opinión, perpetúan la alienación e impiden un encuentro más auténtico entre nosotros.
Se trataba de poder reflexionar sobre el proceso social y personal a través del cual nos hemos ido construyendo como varones. Darme cuenta de qué experiencias, mensajes e influencias culturales han ido condicionando mi visión del mundo, mis actitudes, sentimientos, valores y comportamientos como “hombre”.
Cuestionar los modelos aprendidos e interiorizados, desde mi realidad cotidiana y mi deseo. Y abrir la posibilidad de cambiar, de reconstruirnos más libremente con el apoyo del grupo.
Como eje central me interesaba la sexualidad. Siempre me han sorprendido las enormes diferencias eróticas entre hombres y mujeres en nuestro contexto. La importancia que nuestra sociedad da a los genitales de unos y de otras, y cómo a partir de ahí, el proceso educativo impone roles tan rígidos y arbitrarios. Y cómo esto dificulta las relaciones personales.
Me interesaba, pues, explorar mi propia sexualidad como varón y dentro de un colectivo de varones, para entenderme y entenderlos mejor. Y establecer relaciones basadas en la cooperación y ayuda mutua y no en la competitividad; de igual a igual y no de poder; de respeto a las diferencias y no de normatividad; de confianza y no de juego de máscaras. Junto con otros hombres que desearan evolucionar y vivirse como personas, atravesando las limitaciones del rol fantaseado como masculino.
3- EL PROCESO DEL PRIMER GRUPO
En Octubre de 1985 propuse en Valencia, en una asamblea de la Societat de Sexologia del País Valencià, la creación de un Grupo de Hombres, con el objetivo de reflexionar sobre cómo vivíamos los varones nuestra sexualidad, y me ofrecí a coordinarlo.
Iniciamos el grupo 6 hombres de la Societat, reuniéndonos en bares y hablando de temas generales, ya que había cierto reparo en implicarnos al principio. Había que hacer un esfuerzo para no quedarnos en el mundo de las ideas y empezar a hablar de nuestras vivencias personales y cotidianas. A medida que íbamos creando un clima de confianza, aumentaban la sinceridad y la intimidad entre nosotros.
En cada reunión se incorporaban nuevos miembros y faltaba algún otro. Esto enriquecía al grupo, pero limitaba la cohesión y la profundización. Surgió la necesidad de cerrar el grupo y nos quedamos 12 hombres, la mitad de los cuales estábamos vinculados a la Societat de Sexologia, aunque en total participaron 17, de los cuales 5 vinieron ocasionalmente.
Nos reuníamos cada 2 semanas en casa de uno o de otro, al atardecer. Cenábamos juntos y charlábamos en círculo hasta la medianoche. En esta fase nos interesaban 2 cosas:
– Profundizar en las Reflexiones de cómo vivíamos algunos aspectos de nuestra sexualidad.
– Elaborar un Manifiesto que recogiera nuestras aportaciones como colectivo y ofrecerlo, desde la Societat de Sexologia del País Valencià, al público en general para el verano de 1986.
Para ello nos reuníamos, entre una y otra sesión del grupo, una pequeña Comisión de trabajo, sintetizando lo que se hablaba en las sesiones y ofreciéndolo al grupo para su discusión.
Al llegar el verano, hicimos la despedida del grupo, yéndonos al campo a pasar el dia juntos, en un clima festivo y cariñoso.
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